Diego Flores de Valdés


Nacimiento: 1530, Asturias

Fallecimiento: 1595

Capitan-general, navegador de Armada de España

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El Capitán General Diego Flores de Valdés fue uno de los más distinguidos y experimentados navegadores de la armada española, con más de treinta años de servicio a la Corona. Noble asturiano, Flores de Valdés comenzó su carrera de joven en los barcos de la armada real que cruzaban el Canal de la Mancha hacia las provincias de Flandes. Tras navegar durante años como capitán de naos por las Antillas y Tierra Firme, Valdés participó, como almirante, en la expedición para expulsar a los franceses que ocupaban Florida (Vigil, 1892: 67).

Por su participación en la Florida, Felipe II concedió a Valdés la merced de caballero de la Orden de Santiago, la más importante de las órdenes militares, establecida desde las luchas por reconquistar el territorio español a los musulmanes. Ascendido a general, Valdés comandó posteriormente las flotas de Tierra Firme y, en dos ocasiones, la Armada de la Guardia, un escuadrón de escolta de la Carrera de Indias. Las relaciones de Flores de Valdés con Felipe II eran antiguas. Con una edad cercana a la del rey, el asturiano formó parte de la escuadra que llevó al entonces príncipe a Inglaterra para su matrimonio con María Tudor (Álvarez de la Rivera, 1924: 153). Este conocimiento de muchos años con el soberano dio a Flores de Valdés una franqueza inusual en sus informes al rey, derivada de la relación de cierta confianza entre ambos.

Felipe II nombró a Diego Flores de Valdés como capitán general de la llamada Armada del Estrecho. La Armada del Estrecho fue una respuesta contundente al interés del monarca por defender Chile y Perú, así como Brasil, que acababa de quedar bajo su control tras la unión de las coronas ibéricas en 1580. La elección de Flores de Valdés como capitán de la expedición provocó descontento. En una decisión conciliadora, Felipe II decidió nombrar al navegador Pedro Sarmiento de Gamboa como gobernador de las tierras a ocupar y colonizar en el Estrecho en 1581. El aparente acuerdo de Sarmiento con la decisión del rey tendría consecuencias en el resultado de la expedición y en la visión histórica que se formó de los acontecimientos del viaje.

Pedro Sarmiento de Gamboa, navegante y también cronista, considerándose el motivador de la existencia de la expedición, desde los pasos iniciales de la preparación de la misma, se situó en antagonismo frontal al mando de Valdés, dejando constancia de su descontento en cartas y narraciones que escribió sobre el viaje, ampliamente conocidas y con sucesivas ediciones. Por ello, prácticamente toda la historiografía sobre la Armada del Estrecho tendió a aceptar, validar y reproducir los conceptos de Sarmiento de Gamboa sobre la participación de Flores de Valdés en la expedición.

Aunque la construcción de fortalezas y la colonización de las tierras del Estrecho figuraban entre las recomendaciones reales, el carácter militar del viaje era predominante y la armada debía priorizar la persecución de los corsarios y la destrucción de los lugares fortificados que habían establecido en la costa atlántica. Según las instrucciones del rey, el verdadero alcance de la expedición debía mantenerse en secreto, tanto para que la empresa no llegara a conocimiento de las naciones no ibéricas como para no dificultar el reclutamiento de los que se embarcaran, teniendo en cuenta que las condiciones adversas de los mares en las cercanías del Estrecho ya eran conocidas por los marineros.

El almirante, el segundo rango de la armada después de Diego Flores de Valdés, era Diego de la Rivera, asturiano, al igual que la mayoría de los oficiales de la flota. Tras varios retrasos y ante la voluntad del rey de que la flota zarpara lo antes posible, se fijó la fecha de partida de la expedición para el 25 de septiembre de 1581. La fecha fijada hizo caso omiso de las advertencias hechas por Diego Flores de Valdés sobre la improcedencia de esa elección, dado que los días siguientes al equinoccio serían susceptibles de fuertes tormentas (Sarmiento de Gamboa, 1895: 233).

Tras seis días de navegación, cuando la flota se encontraba en las proximidades de Cádiz, se desató una fuerte tormenta, con consecuencias nefastas para la expedición. Cuatro grandes barcos se hundieron y otros resultaron dañados. En la tragedia murieron unas 800 personas y se perdieron provisiones, armamentos y municiones. La desgracia afectó directamente a Diego Flores de Valdés, ya que en el episodio desaparecieron varios de sus familiares, capitanes y soldados que le habían acompañado durante años en la vida del mar (Sarmiento de Gamboa, 1895: 236).

El 23 de noviembre, Felipe II ordenó que la expedición partiera hacia Río de Janeiro, donde debía permanecer a la espera de condiciones de navegación favorables para el Estrecho. La expedición salió finalmente de Cádiz en la mañana del 9 de diciembre. La armada para el Estrecho de Magallanes se redujo entonces a dieciséis buques con 2.408 personas a bordo bajo el mando de Diego Flores de Valdés (Philips, 2016: 37). Tras un mes de navegación, la armada atracó en Cabo Verde. Considerando que la expedición iba a permanecer unos días en Santiago y que una carabela estaba preparada para partir hacia Brasil, Flores de Valdés, atendiendo a uno de los principales propósitos de la expedición, envió cartas a los gobernadores de Bahía y Pernambuco. El contenido de las misivas se refería a la solicitud de información sobre el estado de la costa brasileña en relación con las incursiones del corso. Los gobernadores debían enviar la noticia a Río de Janeiro, donde se dirigiría la armada. Es evidente, incluso antes de llegar a Brasil, la preocupación de Valdés por el estado de la costa brasileña, objetivo de constantes incursiones francesas.

La flota permaneció en Río de Janeiro durante más de siete meses. Esperaba, además del tiempo favorable para continuar el viaje al Estrecho, el refuerzo de suministros prometido por Felipe II, a la salida de España. Durante su invernada en Río, un hecho digno de mención fue la recepción por parte de Valdés de una correspondencia del reino informándole de la concesión por parte de Felipe II de la Encomienda de Oreja en la Orden de Santiago. Lo que demuestra que a pesar de las renitentes manifestaciones afrentas de Pedro Sarmiento contra su mando en la armada, Flores de Valdés seguía en alta cuenta en el concepto del Monarca. Una carta recibida de España daba la noticia de la partida de franceses con destino a Brasil, para enfatizar y recordar el objetivo principal de la expedición, el de perseguir a los corsarios.

En una reunión entre los principales comandantes de la expedición, se decidió que un nuevo intento de llevar a Pedro Sarmiento y sus colonos al Estrecho se haría con parte de la armada al mando del almirante Diego de la Rivera. Diego Flores de Valdés, por su parte, con el acompañamiento del general Alcega, se embarcaría hacia Paraíba para combatir a los franceses que se habían instalado en la región (Philips, 2016: 44-46).

En Paraíba, los franceses y los Potiguara actuaron juntos recogiendo pau-brasil, con la extracción de relevantes cargamentos de madera sin ningún tipo de impuesto, los quintos reales, lo que supuso importantes pérdidas para los ibéricos. Todo este contexto fue sin duda tenido en cuenta cuando se nombró a Flores de Valdés y se armó y preparó una de sus más importantes misiones coordinadas por la Monarquía Hispánica. La directriz de cuidar las “costas de Brasil” se ve en las instrucciones del rey a Diego Flores de Valdés y en la elección de Río de Janeiro como puerto brasileño para la invernada de la armada, mucho más cerca de Paraíba que del Estrecho, de acuerdo con las recomendaciones del Consejo Real, que consideraba el lugar apropiado “[…] por que de el se puede acudir a la necesidad que se ofrezca en la banda del norte”.

La flota de Diego Flores de Valdés llegó a la ciudad de San Salvador en julio. El almirante pronto trató de obtener del gobernador Manuel Teles información sobre la región acerca de los contrabandistas franceses y sus puntos de rescate y fuentes de suministro. El comandante también estaba interesado en conocer la lealtad de Bahía y las demás Capitanías al rey Felipe II. Diego Flores de Valdés permaneció en Bahía durante casi ocho meses. El almirante decidió permanecer en la región para esperar el resultado del enfrentamiento que tuvo lugar en las Azores entre los españoles y el consorcio de partidarios de D. Antonio. Al conocer la victoria de las fuerzas de Felipe II, Diego Flores de Valdés partió hacia la Capitanía de Pernambuco, donde se prepararía la expedición a Paraíba.

La historiografía clásica, e incluso la contemporánea, ha tratado de forma parcial y casi sin refutación el capítulo de los acontecimientos relativos a la etapa de Diego Flores de Valdés en Brasil y el viaje del español para combatir a los franceses en la desembocadura del río Paraíba. La visión pétrea de los historiadores sobre el episodio justificó la presencia de Flores de Valdés en el territorio desde una perspectiva dictada por el azar y la improvisación o como una forma de compensación por el fracaso de la empresa del Estrecho de Magallanes. Los relatos de la llegada de Flores de Valdés a Brasil y de su llegada a Paraíba se basaron en las diversas declaraciones de Pedro Sarmiento de Gamboa, que sirvieron para disminuir la participación del asturiano en todas las fases de la llamada armada del Estrecho.

Pocas voces discordantes, casi solitarias, se alzaron en contra de lo que, hasta el día de hoy, está sedimentado en la historiografía luso-brasileña y española, respecto a los verdaderos objetivos de la expedición de Valdés. La primera de estas pocas críticas provino del historiador Pedro Calmon, que intentó explicar la función de la armada de Valdés para proteger las costas brasileñas:

“Os historiadores fartaram-se de estudar a este propósito (a expedição ao Estreito, orientada pelo “descobridor” Pedro Sarmiento de Gamboa, também seu cronista clássico) a aventura militar de Valdez. Deixaram na sombra o essencial dela, que daquele momento em diante passou a ser, não a obstrução da passagem interoceânica, mas a defesa do Brasil contra a nova e vasta ameaça.” (Calmon, 2013: 186-189)

Contemporáneamente, William D. Phillips y Carla Rahn Phillips, también discreparon de la versión actualmente establecida del viaje de Valdés al Atlántico, y demostraron que, entre las campañas ingeniadas por el rey Felipe para la defensa y protección de sus territorios americanos, la expedición del Estrecho de Magallanes alcanzó “un éxito considerable” (Philips, 2015: 164). Según José Carlos Vilardaga, Brasil formaba parte de los escenarios estratégicos de la Corona de los Felipes desde 1560, debido a la fragilidad defensiva de las Capitanías de São Vicente y Río de Janeiro. La preocupación era constante por su proximidad al Río de la Plata y a las minas de Potosí (Vilardaga, 2010: 40-41).

Recientes investigaciones realizadas en archivos españoles, como la de Sylvia Brito, demuestran que la incursión en Brasil, y concretamente en Paraíba, de la Armada comandada por el capitán general Diego Flores de Valdés estaba prevista y era anterior a la salida de la flota del puerto de Sanlúcar de Barrameda (Brito, 2020). La expulsión de los franceses y la conquista de la región de Paraíba tuvieron lugar gracias a la acción de la Armada en Brasil. La importancia de esta expedición militar es expresada por Phillips:

“Despite its official designation, the Armada of the Strait was to spend most of its time and energy in Brazil, bolstering Portuguese defences, ensuring the loyalty of local officials to King Philip, and expelling other European interlopers. […] If historians remember the expedition for anything besides Sarmiento’s self-serving claims, it is because of the Battle of Paraíba in April of 1584.” (Philips, 2016: 4; 48)

Diego Flores de Valdés dejó Paraíba, en abril de 1584, navegando hacia España. Ese mismo año, el 18 de septiembre, Valdés asistió a una reunión en la Corte con el “Ingeniero mayor del Reino de España”, Giacomo Palearo, para hablar de su misión en Brasil. En esta reunión donde se discutieron “las trazas de los fuertes de Brasil” – se trataron las fortificaciones erigidas en Río de Janeiro, Bahía, São Vicente y el “Puerto de la Parayba”, donde Flores de Valdés había dejado como alcalde al español Francisco de Castrejón. Toda esta información era muy importante y formaba parte de la necesidad de la Monarquía de obtener información detallada sobre sus posesiones. A los Felipes les interesaba conocer la geografía costera, dónde podría ser posible la interiorización (Mora-Figueroa, 1998: 73).

La expedición comandada por el general Diego Flores de Valdés tuvo un importante resultado en Brasil, como ya se ha mencionado. La armada tenía objetivos muy variados, pretendía acabar con las antiguas incursiones francesas en las zonas de pau-brasil en el noreste de Brasil; reforzar la presencia española en torno al Río de la Plata; fortificar el Estrecho de Magallanes; e iniciar una colonia en la Patagonia. A excepción del fortalecimiento y el establecimiento de un asentamiento en el Estrecho, las demás acciones tuvieron éxito. Pero, el principal aspecto a destacar sobre este asunto fue la configuración de la estrategia española para la defensa de la América portuguesa.


BIBLIOGRAFÍA

  • Álvarez de la Rivera, S. (1924). Biblioteca Historico-genealogica asturiana. Vol. 1. Santiago de Chile: Imp. Cervantes.
  • Brito, S. B. R. (2020). A conquista do Rio Ruim: a Paraíba na Monarquia Hispânica (1570-1630). (Tese de Doutorado), Universidade de Salamanca, Salamanca.
  • Mora-Figueroa, D. (1998). Las Relaciones Topográficas de Castilla y Geográficas de Indias de Felipe II, En: González Tascón, I. (coord). Felipe II: Los Ingenios y Las Maquinas. Ingeniería y Obras Públicas en La Época de Felipe II. Madrid: Sociedad Estatal para la Comemoración de los Centenarios de Felipe II Y Carlos V.
  • Philips, W. D., Philips, C. R. (2015). História Concisa da Espanha. São Paulo: Edipro.
  • Philips, C. R. (2016). The struggle for the South Atlantic: the Armada of the Strait, 1581-1584, Abingdon, Oxon; New York NY: Routledge, for the Hakluyt Society.
  • Sarmiento de Gamboa, P. (1895). Narratives of Voyages to the Straits of  Magellan, translated and edited with notes and an introduction by Clemens R. Markham. C.B., F.R.S. London: Hakluyt Society.
  • Vigil, C. M. (1892). Noticias biográficas genealógicas de Pedro Menéndez de Avilés, primer adelantado y conquistador de la Florida, continuadas con las de otros asturianos que figuraron en el descubrimiento y colonización de las Américas. Madrid: Imprenta La Unión.
  • Vilardaga, J. C. (2010), São Paulo na órbita do imperio dos Felipes: conexões castelhanas de uma vila da América portuguesa durante a União Ibérica (1580- 1640) (Tese de Doutorado). Universidade de São Paulo, São Paulo.

Autor:

Sylvia Brito (Biblioteca Nacional do Brasil)

Cómo citar esta entrada:

Sylvia Brito. “Diego Flores de Valdés“. En: BRASILHIS Dictionary: Diccionario Biográfico y Temático de Brasil en la Monarquía Hispánica (1580-1640). Disponible en: https://brasilhisdictionary.usal.es/diego-flores-de-valdes-1/. Fecha de acceso: 29/03/2024.

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